Me duelen las cervicales, ¿qué puedo hacer?
Cuando
tenemos un problema en las cervicales tenemos que tratarlo para que
no vaya a más. Cuida de tu postura al realizar actividades
cotidianas y, antes de tomar un antiinflamatorio, acude a un
especialista
El dolor
de cervicales es uno de los más habituales en
lo que se refiere a molestias musculoesqueléticas. Suele aparecer
sobre todo al final del día y nos causa mucho sufrimiento.
La
presión aparece en la nuca y en la parte posterior de la cabeza y
puede llegar a irradiar a los hombros. Si lo sufres a menudo
sabrás lo
incapacitante que puede llegar a ser. Nos quita movilidad y
pueden incluso llegar a aparecer náuseas y vómitos.
¿Qué
podemos hacer? No
te preocupes, en el siguiente artículo te aportamos una serie de
datos que seguro te van a servir de ayuda.
Como
siempre suele decirse en estos casos, lo
mejor es la prevención.
Vale la pena entender en primer lugar qué es y qué causa el dolor
cervical. Veámoslo:
- El dolor en las cervicales aparece por un mecanismo neurológico en el cual los nervios se activan al aparecer una contractura muscular y una inflamación.
- Esto puede deberse a alguna alteración de la estructura de la columna vertebral o a un problema en las conexiones entre las vértebras de la columna, algo habitual si, por ejemplo, padecemos desgaste.
- No obstante, cabe señalar que la mayoría de molestias en las cervicales se deben a simples sobrecargas musculares, de ahí la importancia de poder prevenir este problema.
Descubre
ahora cuáles pueden ser las posibles causas del dolor en las
cervicales.
1. Estrés y ansiedad
Las
preocupaciones diarias, la tensión, los nervios… Todo ello
provoca que nuestro tono muscular cambie y que nuestro
eje postural, así como nuestros movimientos, estén mucho más
tensos, mucho más rígidos.
Si pasamos entre 6 y 8 horas en este estado, lo más probable es que
al final del día suframos dolor en las cervicales y aparezcan las
temidas contracturas.
2. ¿Cómo sueles dormir?
Si
es doloroso llegar a casa con dolor de cervicales después de un
largo día de trabajo, aún puede ser peor levantarnos
con este problema.
¡Nos costará mucho poder salir de casa y rendir con normalidad!
Ten
muy en cuenta la
calidad del colchón que tienes en la cama. Es algo fundamental, así
como la posición en la que duermes.
Hacerlo boca
abajo y doblando el cuello hacia
a un lado, es lo peor que nos puede pasar durante la noche.
Cuando
suene el despertador lo más probable es que la
zona de las cervicales esté completamente rígida.
Debes
tenerlo muy cuenta.
3. ¿Cuántas horas pasas frente al ordenador?
- Hay que saber mantener una adecuada higiene postural. Debemos hacer descansos cada 15 o 20 minutos cuando trabajemos frente a un ordenador, mover el cuello de forma circular, no encogerlo mientras miramos la pantalla y dirgir de forma correcta nuestros ojos con el propio monitor (no debe existir diferencia de altura).
- De mantener una mala posición a lo largo de varias horas y días, llegará un momento en que llegue, por ejemplo, el temido “latigazo cervical”.
4. Cuidado con los malos movimientos
- Vigila mucho el modo en que cargas los pesos. Cuando llegan vacaciones y hemos de cargar maletas, por ejemplo, siempre aparecen las contracturas.
- Hay que tener cuidado también cuando hacemos ejercicios. En ocasiones, un mal movimiento al andar, correr o incluso mientras bailamos puede hacer que tensemos demasiado las cervicales y éstas se resientan. Realiza ejercicios siempre con suavidad, con equilibrio, cuidando de tu eje postural.
Una
vez aparece el dolor y la molestia, lo
último que debemos hacer es continuar como si el problema no
existiera.
En
ocasiones tomar un
analgésico o un antiiinflamatorio puede quitarte el sufrimiento
pero no resuelve en absoluto la contractura,
así que es necesario que tengas en cuenta estas sencillas pautas:
1. Vamos a moderar nuestra actividad física
- Una contractura cervical o una simple molestia en esta zona del cuello, requiere cuidados y sobre todo tiempo.
- Ten en cuenta que el dolor es ya un síntoma, un aviso de que hay algo que no va bien, así pues debes evitar ante todo que esa inflamación empeore y que, por ejemplo, aparezcan los mareos y los vómitos.
- Guarda reposo y suaviza tus movimientos. Procura que sean lo más armónicos posible con tu espalda y hombros. Nada de cargar pesos y de hacer cosas fuera de lo normal. Tómate al menos 15 días de merecida calma.
2. Tratamiento frío-calor
Haremos
este tratamiento entre 3 y 5 veces al día:
- Aplica una bolsita de hielo durante 2 o 3 minutos en la zona cervical, para después, dejar una compresa caliente.
- Recuerda que no es recomendable dormir con una almohadilla térmica por las noches. Esto puede ser peligroso para nuestra piel y, además, puede sobrecargar la zona. Lo mejor es alternar un tratamiento a base de frío-calor
3. Baños con agua de romero o agua de lavanda
- Tanto el romero como la lavanda son dos plantas con principios antiinflamatorios muy eficaces para tratar contracturas y dolor de cervicales.
- Para ello prepara unos dos litros de agua caliente con 5 ramas de romero y 5 de lavanda permitiendo que se haga una infusión. Cuando esté tibia, utiliza un paño para dejarte caer de modo regular esta agua medicinal sobre tus cervicales.
4. Sí a la ayuda de los fisioterapeutas y sí al yoga para prevenir futuras contracturas
- La ayuda de un profesional nos va a ayudar mucho en estos casos, siempre será mejor las manos hábiles de un especialista a un antiinflamatorio.
- Así mismo, si en tu caso el dolor cervical es algo muy frecuente, ten en cuenta que deberás cambiar un poco tus hábitos de vida.
- Para ello, un modo muy eficaz de prevenir posibles contracturas y molestias en la zona cervical es practicar ejercicios aeróbicos, de flexibilidiad y de respiración, que nos ayuden a cuidar de nuestra movilidad y a destensar esa rigidez muscular que ocasiona estos problemas.
El yoga
es siempre muy adecuado, así como los paseos diarios y la natación.
Gestiona tus focos de estrés y cuida tus posturas ante el ordenador.
¡Vale la pena!
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